miércoles, 15 de enero de 2014

La cena, de H. Koch y Seis hombres, de D. Mckee

Hay un acuerdo tácito entre todos los componentes de este club: no comentar el libro hasta el día en que está fijada la reunión. Pero hay libros que a medida que los vas leyendo- unas de un tirón y otras de forma más pausada- , sientes la necesidad imperiosa de hablar de él con tus compañeros cuando te los cruzas por el pasillo, cuando te encuentras en la sala de profes, cuando marchas para casa o cuando te estás tomando un café. Pero no podemos hablar: solo nos miramos y con ello, tratamos de corroborar lo que el otro puede estar pensando y sientes que tienes que compartir ya tus pensamientos. Y este ha sido uno de ellos, porque es de los que da mucho, pero que mucho que hablar, como así fue. Una de las componentes ya había comentado mi fijación con los títulos de los libros que les oba proponiendo. Hacía unos meses que habíamos leído Mejillones para cenar y ahora La cena. Obviamente, la risa fue unánime, porque la verdad es que ya solo nos faltaba el postre. Pero si nos había inquietado el primero, el segundo no lo fue menos. Dos hermanos con sus respectivas esposas se reúnen para cenar y, a través de los que va contando uno de ellos, el profesor, vamos conociendo sus vidas acomodadas, burguesas, a sus hijos adolescentes y, como no, el motivo de aquella reunión: el asesinato de una indigente en el cajero de un banco, perpetrado por sus vástagos. Y, de repente, como lectores nos encontramos con un dilema: ¿qué habría hecho yo en ese caso? ¿qué moral estamos enseñando a nuestros hijos? Es una historia estremecedora, violenta, cruel, en la que el narrador hace una crítica brutal de esta sociedad en la que nos ha tocado vivir y en la que nadie se salva. En resumen, un libro que hay que leer porque es altamente recomendable. Y hablando de crueldad y de violencia, también comentamos el álbum ilustrado Seis hombres, quizá porque de una manera sencilla, con unas ilustraciones minimalistas en blanco y negro, en él se nos cuenta como la humanidad a lo largo de los siglos no ha sabido , o no ha querido, aprender de su pasado, de su historia, porque en él se nos explica el origen de las guerras y aquí se dan cita el miedo, la avaricia, el deseo de medrar a costa del otro sin importar las consecuencias de nuestros actos y de nuestras decisiones. En conclusión, un libro perfecto para leer a los niños y a los no tan niños.